martes, 10 de marzo de 2015

Derby recuerda a Mackay

El sábado pasado el Derby County rindió homenaje a una de las figuras más influyentes de su larga historia. Antes del partido en casa contra el Birmingham City, todos se pusieron de pie y aplaudieron durante un minuto en honor del gran Dave Mackay. Algunos en el estadio se acuerdan de su impacto como jugador y, después, como entrenador. Otros no, pero habrán escuchado tantas historias de sus padres y abuelos para entender la razón por la cual la ciudad estaba de luto. 

Cuando Mackay fichó por el Derby County en 1968 la noticia pilló a todo el mundo por sorpresa. Mackay era uno de los jugadores más importantes de la época con un palmarés envidiable tras su paso por el Hearts y el Tottenham Hotspur. Ahora con treinta y tres años, Mackay decidió firmar por el Derby, un equipo de la segunda división pero en pleno desarrollo bajo el mando del mítico Brian Clough. Clough, un año más joven que Mackay pero muy ambicioso y persuasivo, explicó a Mackay que lo veía más de líbero, donde gracias a su capacidad para entender el juego podría iniciar el juego y repartir balones.

Según Clough, cuando fichó Mackay fue “el mejor día de trabajo de mi vida”. Clough tenía  ideas muy claras y sabía que Mackay era un líder. Su experiencia en un vestuario joven iba a ser muy importante. Serviría como ejemplo, tanto dentro como fuera del campo, y jugaría atrás al lado de un futbolista prometedor que se llamaba Roy McFarland. 

Roy McFarland había llegado a Derby el año anterior. Un joven central de Liverpool, la historia de su fichaje por el Derby es bien conocida. Clough se fue a Liverpool a su casa con Peter Taylor, su asistente, y le dijo que no se iba hasta que fichara por el Derby. McFarland no estaba convencido y, siempre fieles a su palabra, Clough y Taylor pasaron la noche en el salón de la casa de McFarland.

Al despertarse a la mañana siguiente, McFarland firmó su contrato con el Derby y cogió el tren para pisar por primera vez The Baseball Ground, el estadio – ahora casas en Normanton, el barrio más multicultural de Derby – donde ocho años más tarde marcaría  en el triunfo contra el Real Madrid en la Copa de Europa.

Cuando Mackay firmó con el Derby, se convirtió en el jugador mejor pagado del país. Su contrato estipuló que tendría la ‘suite’ en el Midland Hotel (justo enfrente de la estación de tren de Derby,existe hoy) donde viviría. Clough quería que McFarland, su joven central, aprendiera de Mackay y Clough organizó que McFarland viviera en el mismo hotel también. En su libro, McFarland cuenta que Mackay “era muy generoso con su tiempo” aunque “a veces se exasperaba mientras cenábamos cuando le hacía un interrogatorio exhaustivo. Quería saber todo de su carrera. Cuando me pasaba de la raya me decía ‘¡Por el amor de Dios, Roy! No seas tan pesado. ¡Come! Te está enfriando la comida!’ “.

En el primer año de Mackay en Derby, el equipo de Clough ganó la segunda y ascendió a la primera división. El papel de Mackay no pasó desapercibido. En la exitosa temporada 1968-1969 Mackay fue elegido como mejor jugador del país (junto con Tony Book del Manchester City) a pesar de haber jugado en la segunda categoría. Su influencia en el terreno de juego fue enorme. Con la llegada de Mackay, los otros jugadores crecieron y el equipo se sentía capaz de todo. La confianza de Clough no tenía límites. El Derby en la primera no iba para hacer número, sino para para hacer algo importante.

Mackay jugó dos temporadas en la máxima categoría con la camiseta negra y blanca del Derby. En el primer año  (1969-1970) el Derby acabó cuarto – no jugó en Europa por irregularidades financieras – y en el segundo el conjunto acabó noveno. Poco después Mackay se fue para empezar su carrera de entrenador pero había cumplido con su papel. El equipo se había consolidado en la primera gracias al escoces y lo que el resto de la plantilla había aprendido de él no tenía precio. McFarland, ahora jugando con la selección inglesa al lado de Bobby Moore, se convirtió en el capitán y levantó el trofeo cuando el Derby County se proclamó campeón de Inglaterra por primera vez en 1972

La dimisión de Clough es un triste capitulo en la historia del club y toda la ciudad lamentó su marcha. La gente de Derby se manifestó para que volvieran Clough y Taylor y la plantilla quería su vuelta. Mackay entrenaba al Nottingham Forest en aquel momento (aunque no existía la rivalidad entre el Derby y el Forest que hay hoy en día) y el presidente del Derby se fue a Nottingham para ofrecerle el puesto porque se dio cuenta de que el único hombre capaz de tranquilizar a la afición de Derby se llamaba Dave Mackay.


Mackay aceptó y volvió a Derby. McFarland y otros en el vestuario se sentían en una situación incómoda. Respetaban mucho a Mackay, su mentor, pero exigían que volviera Clough y se lo dijeron a Mackay. Hoy, McFarland reconoce la madurez de Mackay. “Nos dejó llorar la marcha de Clough como una plantilla y manejó la situación de una manera maravillosa”.  No se le reprochó nada a McFarland y pronto todos empezaron a pensar en el futuro. Un futuro emocionante y exitoso.

Como entrenador, Mackay llevó al Derby a la cima del futbol inglés por segunda vez en 1975. En la Copa de Europa, el club vivió algunas de sus noches más famosas. El Benfica de Eusebio perdió en Derby y los ‘Rams’ derrotó al Real Madrid 4-1 aunque la remontada del Madrid en el Bernabéu (5-1) sigue siendo famosa en Madrid. McFarland no jugó por lesión y Mackay decía que si el central hubiera jugado, el resultado habría sido distinto. 

En 1976 Mackay dejó el club cuando supo que algunos dirigentes no confiaban totalmente en él. Con su marcha llegó a su fin la etapa más dorada del Derby County. Mackay siempre se sentía muy a gusto en la región y vivió cerca de Derby y Nottingham hasta su muerte la semana pasada. Cuatro días antes de su muerte, Roy McFarland, junto con otros miembros de la plantilla de los setenta, visitó a su compañero, entrenador, mentor y gran amigo para despedirse de él. “Merece un gran homenaje”, comentó la semana pasada, “subir a la Premier League esta temporada, exactamente cuarenta años después del triunfo de Mackay,  sería bonito”. Muy bonito, digo yo.

Michael Williams

@Rams_in_Spain

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