En el
mundo del fútbol hay muchos tipos de futbolistas, si dejamos de lado a los
súper clase que pueden jugar donde quieran nos encontramos con los “Cabeza de
ratón” y los “Cola de león”.
Los
jugadores del segundo grupo suelen ser futbolistas que se amarran a su contrato
sin importarles chupar banquillo o grada cada fin de semana. Prefieren su
suculento sueldo a triunfar y jugar cada jornada en un club más humilde.
Mucha
gente piensa que estos jugadores son ambiciosos porque prefieren quedarse en su
club para pelear por un puesto en vez de rendirse y buscar una salida. Yo no
comparto esa opinión, muchas veces hay que dar un paso atrás para poder dar dos
hacia adelante.
El
ejemplo más claro es el de David Silva, con apenas 18 años pertenecía al
Valencia y no rascaba bola. Aceptó salir cedido al Eibar en la temporada
2004-05, el conjunto armero hizo una gran temporada en segunda división y quedó
cuarto luchando hasta el final por el ascenso.
Silva
anotó 5 goles y repartió multitud de asistencias, se destapó como un gran
futbolista y su temporada no pasó desapercibida para nadie. La temporada
siguiente jugó cedido en el Celta debutando en primera división y volvió a
tener continuidad para firmar otro gran año.
En la
2006-07 el Valencia le hizo hueco y desde entonces ya sabemos cómo le ha ido al
mago de Arguineguín. Estar en el Valencia y marcharse al Eibar o al Celta puede
considerarse un paso atrás pero en realidad no lo fue para David Silva. Quién
sabe qué habría sido del canario si en 2004 hubiera decidido quedarse en
Valencia chupando grada o banquillo…
Pero
hoy no vamos a hablar de Silva, hoy el protagonista es Lee Hugues.
Lee
Hughues comenzó jugando en el modesto Kidderminster Harriers, después de hacer
goles de todos los colores firmó por el West Bromwich Albion donde militó cuatro
temporadas haciendo cerca de 80 goles.
En 2001
fue traspasado al Coventry City por una cifra record para el club, cerca de 5
millones de euros. Lee Hugues hizo acabó pichichi del equipo pero el Coventry
rechazó quedarse con el delantero y regresó al West Brom por 2´5 millones de
euros.
La
temporada 2002-03 no fue nada buena y entre lesiones y demás problemas no anotó
ningún gol. Al año siguiente volvió a la senda del gol pero tuvo que ingresar
en prisión por un delito de homicidio por conducción temeraria. Tres años en la
cárcel para él.
En 2007
firmó por el Oldham Athletic de League One, allí estuvo dos temporadas marcando
una veintena de goles y tras un pequeño paso por el Blackpool comenzó a ser un
claro ejemplo de lo que es un jugador “Cabeza de ratón”.
En 2009
decidió bajar un peldaño para firmar por el Notts County de League Two, su
temporada fue maravillosa marcando 30 goles en liga y logrando el ascenso a
League One. Las siguientes dos temporadas en League One siguió jugando mucho y
anotó 13 y 10 goles.
En la
temporada 2012-13 llegó competencia a la delantera y Hughes perdió la
titularidad. Participó en 18 partidos (7 de titular) y marcó 6 goles. A pesar
de ello Hughes no estaba conforme y decidió salir en el mes de enero, su destino
fue el Port Vale de League Two.
Con el
Port Vale hizo 10 goles en 18 encuentros y logró el ascenso (otro más en su
carrera deportiva).
En la
2013-14 le pasó lo mismo que le había pasado en el Notts County la temporada
anterior, Hughes no era titular y estaba a disgusto. 6 partidos de titular y 3
goles no eran suficientes para él y decidió abandonar el equipo en enero.
Esta
vez bajó dos peldaños de golpe para firmar por el Forest Green Rovers de
Conference. La temporada pasada marcó 8 goles en 21 encuentros y este año ya ha
marcado 6.
A sus
38 años Lee Hughes es el ejemplo más claro de lo que es un “Cabeza de ratón” él
quiere jugar al fútbol y ser protagonista en el terreno de juego y no se le han
caído los anillos por ir bajando peldaños con el paso de los años.Sigue haciendo goles y le da igual marcarlos en Old Trafford que en el Moss Rose Ground de Macclesfield.
Extradeportivamente
su vida siempre ha estado salpicada por la polémica y los escándalos pero en
este blog no vamos a hablar de ello.Aquí
preferimos quedarnos con su bailecito levantando los pies y los brazos cada vez
que marca un gol.